24/9/17

Cosa seria (parte 2)

Para Boca, Vélez es un rival más. Seguramente más complejo y complicado que varios, pero sin ninguna significación especial. Para Vélez, Boca es "El" rival. Sus hinchas viven la previa y el partido con una excitación propia de los clásicos, y ese clima por lo general se transmite a sus jugadores. Hoy fue un claro ejemplo. Un equipo joven, salvo alguna excepción como por ejemplo Cubero, que venía embalado y en crecimiento (invicto en tres partidos, sin goles en contra), salio a jugar pasado de rosca. Muy nerviosos, confundiendo meter con pegar (un arbitro permisivo que no supo frenarlos a tiempo casi desnaturaliza el partido), se toparon con un Boca que está pasando un momento extraordinario, como hace mucho tiempo no teníamos. 
Este Boca es una versión mejorada del último campeón. Este Boca transmite una tranquilidad que hace rato no teníamos. Nos hace esperar relajados los partidos, nos inunda de confianza desde el arranque y así como sobrellevó con naturalidad la adversidad de un gol de entrada del rival la fecha pasada, en esta contuvo el embate entusiasta, lo aplacó, definió en la primer oportunidad que tuvo (una obra maestra del contragolpe), dominó tácticamente el resto del primer tiempo y en el complemento virtualmente demolió a Vélez y le propinó una goleada de 4-0. Otra vez el Pipa abrió y aumentó, un gol en contra del defensor Dominguez y Fabra (pocas cosas más justas hay que Fabra haya anotado ayer) anotaron en la goleada.
Boca está sólido en todas sus líneas, y esa solidez permite el lucimiento de las individualidades, las que con su rendimiento potencian la solidez del conjunto. El tan deseado círculo virtuoso. La defensa es compacta, Rossi trabaja poco. La dupla Goltz-Magallán, con el aporte de Barrios por delante desbaratan todo. Los laterales no sufren como hasta hace poco y son importante en las escaladas en campo rival. Sobre todo Fabra ayer, que fue decisivo en ataque, pues de su corrida de 80 metros se explica el contragolpe que abrió el partido. El medio campo "de toque", ayer tuvo un primer tiempo no demasiado brillante, pues la presión del medio velezano complicó los circuitos de toque, pero basto que en el complemento esa presión (violenta por momentos, con la complacencia de un árbitro que por poco no pierde el control del partido), aflojara un poquito para que el tandem Gago-Pérez-Cardona comenzara a mover la pelota, Pavón volviera a ser picante por las puntas y Benedetto, siempre Benedetto al acecho o asistiendo fueran imparables para el local.
Y encima, como parte del círculo virtuoso, cuando todo sale bien, todo sale mejor y la suerte ayuda. En el segundo gol el Pipa convierte con una pirueta en la que impacta la pelota con la suela, en el tercero la asistencia de Pipa a Cardona termina en gol en contra de un defensor. Así como tantas veces maldecimos y lamentamos "la mala suerte", ahora nos toca disfrutar "la buena suerte". Será bueno darnos cuenta que una llega por algo y a la otra hay que ayudarla para que aparezca.
Cuatro jugados, cuatro ganados. Doce goles a favor, uno en contra. Un rendimiento parejo y en ascenso. El gran desafío pasa ahora por mantenerlo en el tiempo. Esto recién empieza y el camino es largo y escarpado. A seguir en la buena senda

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