Boca está en el peor lugar en el peor momento. Con el cuerpo técnico muy cuestionado, casi jugándose la continuidad en cada partido. Hoy se volvió a perder, nuevamente con Racing, la posibilidad de pelear el torneo se aleja, el jueves nos jugamos seguir tranquilos o complicarnos sobremanera en la Copa y el domingo asoma el clásico en el gallinero. Desgaste al por mayor para un equipo que este año, a diferencia del pasado casi no rota, y que si las cosas no salen bien el jueves estará obligado a ir con lo mismo a la altura de La Paz. Cuando abogábamos hace un par de semanas por un cambio de cuerpo técnico era porque imaginábamos que algo así podría suceder. Ojalá que se gane el jueves y todo lo dicho hasta acá sea solo bla bla bla.
Y el jueves se puede tranquilamente ganar. Al memos si nos atenemos a lo visto hoy. Es muy difícil explicar esta derrota si no es desde las carencias y debilidades de este Boca. Racing llegó una sola vez y convirtió el gol con mas suerte que elaboración. Después solo se limitó a amontonarse en su campo y apostar a algún contragolpe y a la impericia de Boca. Lo primero no ocurrió nunca. Lo segundo fue una constante.
Boca tuvo tenencia, buscó tratando de no desesperarse, pero confundió esto último con lateralizar en exceso, no cambiar de ritmo casi nunca, desbordar poco y nada y confundir dominio con abulia.
Sin Osvaldo no tenemos un centrodelantero que complique a los centrales rivales. Carlitos recibiendo de espaldas y rodeado pierde eficacia. Cuando sale, su lugar es ocupado por Pablo Pérez, que no tiene oficio ni presencia. Bentancur fallo como conductor, Meli jugó mal como casi siempre y solo Gago aportó algo de claridad. Para ir por afuera Palacios aportó poco y nada, y los laterales, Molina y Silva poco aportaron en ataque. En resumen Boca tuvo mucho la pelota, pero lastimo poco. Casi no sufrió atrás pero perdió el partido.
Pensando ya en el jueves, el mayor rival de Boca será psicológico, toda vez que se siguen sumado derrotas en clásicos, muchas inmerecidas pero derrotas al fin. Ojalá se pueda volver a recorrer el camino del último partido en La Bombonera con Newell's. Se lo necesita con urgencia y desesperación.
Y el jueves se puede tranquilamente ganar. Al memos si nos atenemos a lo visto hoy. Es muy difícil explicar esta derrota si no es desde las carencias y debilidades de este Boca. Racing llegó una sola vez y convirtió el gol con mas suerte que elaboración. Después solo se limitó a amontonarse en su campo y apostar a algún contragolpe y a la impericia de Boca. Lo primero no ocurrió nunca. Lo segundo fue una constante.
Boca tuvo tenencia, buscó tratando de no desesperarse, pero confundió esto último con lateralizar en exceso, no cambiar de ritmo casi nunca, desbordar poco y nada y confundir dominio con abulia.
Sin Osvaldo no tenemos un centrodelantero que complique a los centrales rivales. Carlitos recibiendo de espaldas y rodeado pierde eficacia. Cuando sale, su lugar es ocupado por Pablo Pérez, que no tiene oficio ni presencia. Bentancur fallo como conductor, Meli jugó mal como casi siempre y solo Gago aportó algo de claridad. Para ir por afuera Palacios aportó poco y nada, y los laterales, Molina y Silva poco aportaron en ataque. En resumen Boca tuvo mucho la pelota, pero lastimo poco. Casi no sufrió atrás pero perdió el partido.
Pensando ya en el jueves, el mayor rival de Boca será psicológico, toda vez que se siguen sumado derrotas en clásicos, muchas inmerecidas pero derrotas al fin. Ojalá se pueda volver a recorrer el camino del último partido en La Bombonera con Newell's. Se lo necesita con urgencia y desesperación.
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