13/7/15

A Carlitos se lo recibe en la punta

   Un tiempo, el primero, le basto a Boca para justificar el triunfo, exiguo, en Junín, que le permite ser nuevamente el puntero en solitario del torneo.

    En ese primer tiempo, en el que tampoco el equipo fue una máquina, ni nada parecido, se establecieron claras diferencias, colectivas e individuales con un rival muy limitado y en un campo de juego que dejo mucho que desear para jugar al futbol profesional.

    En esa primera etapa, Boca, desde la solidez defensiva, las subidas de Peruzzi, la claridad conceptual de Pérez, el equilibrio de Erbes, las pinceladas de Lodeiro y un Palacios inquieto y movedizo, mostró una neta superioridad sobre un rival que intento poblar el medio campo de gente con la misión de cortar los circuitos de juego. Y, cuando lo conseguían, intentar el contragolpe en base a la subida masiva de esos volantes. No lo consiguió muy seguido, y debió conformarse con un par de tiros de larga distancia que generaron alguna zozobra. Boca, a pesar el estado del campo de juego, siempre intentó llegar asociadamente. Le costó bastante en los primeros 20 minutos, pero después, superaba con facilidad la primera línea de presión rival, y una vez logrado, el fondo de los locales ofrecía muchas ventajas, que solamente pudo aprovechar en una oportunidad Palacios (tremenda asistencia de Pablo Pérez mediante) en una ocasión para marcar el único tanto. Antes de eso un cabezazo de Calleri dio en el palo, después, otro mano a mano de Palacios lo sacó el arquero, y un par de situaciones claras más podían haber liquidado el partido.

    Pero la ventaja fue la mínima y el segundo tiempo fue otra historia. De los atributos de la primera etapa solo se mantuvo la solidez defensiva (salvo por el lado de Colazo de flojo rendimiento) y el equilibrio de Erbes. Pérez dejo de gravitar, Lodeiro lució perdido, Meli embarullado, Palacios y Calleri aislados. Boca se plantó como para contraatacar, pero pocas veces lo logró y nunca generó riesgo cierto. Del otro lado Sarmiento, obligado a buscar el empate, desnudó toda su impotencia y no logró generar una sola situación favorable, a pesar que la escasa diferencia en el marcador lo hizo mantener la ilusión hasta la última pelota.

   En resumen, un triunfo “utilitario” de Boca, en el que lució poco y no le sobró nada. Desde la matemática sirve para volver a la punta en soledad y poco más.

    Pero, este debiera haber sido un “partido puente”, entre el nefasto mayo que parece haber quedado definitivamente atrás y el futuro en el que asoman la llegada de Tévez, nada menos, la vuelta de Gago desde la Copa América, y la tarea de Arruabarrena de plantar definitivamente un equipo “de memoria” en la cancha, más allá de las innumerables variantes que tendrá a mano durante los partidos.

    Hoy vuelve Carlitos a su casa, y empieza otra historia. Todos tenemos un único sueño, y que esta historia se corone a fin de año con un par de vueltas olímpicas. ¡¡No nos despierten!!

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