30/1/13

Final con una leve sonrisa

   Pasó el segundo superclásico del verano, dejando un empate en cero y una sonrisa al final para Boca al ganar la definición por penales por 5-4, con dos atajados por Ustari.

   En este post se puede optar por dos caminos. Quedarnos en la anécdota de un empate con “suplentes”, en el cual el rival, supuestamente con lo mejor que tiene, nunca pudo dominar plenamente el juego, apenas generó un par de situaciones de gol, (en honor a la verdad, Boca tuvo una sola clara en todo el partido, rechazada en la línea de gol), el medio apretó bien la salida rival, la defensa fue sólida y el ataque prácticamente inexistente, con un Blandi muy movedizo y un Viatri que parece estancado en el paupérrimo nivel del semestre pasado.

   O podemos no quedarnos en lo anecdótico y tratar de vislumbrar porque Bianchi puso este esquema (4-4-2, con doble 9 incluido) y lo mantuvo a rajatabla todo el partido. Se nos ocurre que ha experimentado un esquema que puede llegar a usar con cierta frecuencia jugando como visitante en la Copa Libertadores. No cierra el doble 9, que en los dos partidos que lo usó no rindió (como no venía rindiendo pese a la tozudez de Falcioni), y que encima nos muestra a Blandi en un nivel muy superior al de Viatri, por lo que nos permitimos dudar de la inminente partida de Nico.

   Con vistas a ese hipotético futuro, la prueba fue aceptable. Mucha presión en el medio, anulación total de los volantes externos rivales, sobre todo mientras estuvo el pibe Aguirre en la cancha, salida interesante con Fernández como central adelantado, buen rendimiento de Erbes, y volvemos a lo mismo, la falta de un delantero por afuera que abastezca al centrodelantero de turno. Pero Bianchi sabrá porque mantuvo ese esquema.

   Pasó el penúltimo partido de la pretemporada. Hasta ahora, salvo el desgarro del Chiqui Pérez no ha que lamentar lesiones serias. Falta el último capítulo en Córdoba el sábado, y de las declaraciones del Virrey se desprende que lo encarará con un mix de titulares y suplentes. Bianchi sabe y mucho, la pretemporada es para repartir cargas y minutos. Y lo cumple al pie de la letra. Lo mejor está por venir.

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