15/6/12

Primer paso dado con solidez y personalidad

   En el twitter ayer divagaba sobre lo posible y lo deseable. Partiendo de la base que por desear deseamos cualquier goleada, pero que puesto este partido en contexto de una semifinal de Copa Libertadores esto es altamente improbable, entonces dentro de lo “lógico”, este 2-0 ante U. de Chile como local casi que iguala lo deseable con lo posible.

   Y sobre todo por como se logró este 2-0 con goles de Silva en el primer tiempo y de Sánchez Miño en el segundo tiempo aprovechando un rebote largo del arquero a tiro franco de Erviti (en gran jugada colectiva que incluyó doble pared entre Román y Silva). Porque muchas veces un 2-0 llega por un par de ataques fortuitos o como consecuencia de un partido histórico del arquero propio. Boca en cambio construyó la victoria desde la solidez que nos tenía acostumbrado el pasado Apertura, a la que encima le adicionó mucha más potencia ofensiva y un Riquelme que parece haber vuelto el tiempo atrás, hasta el mítico 2007.

   La victoria se construyó desde el primer minuto, con la solidez del equipo como un todo y con el brillo de muchas individualidades, al punto que casi no se advierten puntos flojos en todo el equipo.

   Atrás: Orión y su solidez para intervenir en las pocas veces en que se lo llama, Schiavi jugando como para que filmen el partido y lo editen para luego vender “el Manual del Marcador Central”, Insaurralde correcto como habitualmente, los laterales, Roncaglia y Sánchez Miño, regando la cancha de sudor en un ida y vuelta constante, sobre todo el zurdo, que encima le agrega gol a su actuación.

   Mediocampo: Ledesma, volviendo de una larga lesión, dejó todo, pero fue tal vez el punto más flojo de un equipo plagado de puntos altos. Somoza, en la tradición de los Rattin, Suñe y compañía, es un cinco que parece un pulpo, solo se le puede reprochar que a veces se pasa de rosca y genera tiros libres cerca del área que se podrían evitar. Erviti está jugando para que la bandera que diga “Perdón” no tarde en ver la luz. Este es el jugador que se fue a buscar hace más de un año y fue una verdadera novela su llegada, marca, presión, asociación con Román y llegada a posiciones de gol. Terminó agotado y no es para menos. Y para completar el mediocampo hay que nombrarlo a El, y cuesta mucho describir en palabras lo que Juan Román Riquelme significa en el juego de Boca, y en todo lo que rodea a ese juego. Arma, dirige, conduce, con la pelota y sin ella, arenga y ordena compañeros, para a los exaltados de afuera que se apuran a tirar bengalas, y todo lo hace bien. Con él, mueren las palabras, solo vale verlo.

   Delantera: Mouche, arrancó como para comerse la cancha y los rivales, para irse apagando de a poco en el segundo tiempo. De su presión, recuperación, desborde y centro atrás llegó el primer gol, y si después (y por lo gral. en todos los partidos), terminara bien un porcentaje mayor de lo que genera e insinúa estaríamos en presencia de un verdadero fenómeno, igual está pasando su mejor momento y sin dudas merece la titularidad por encima de Cvitanich. Silva, debo reconocer que es mi debilidad. Siempre que lo veía en Banfield o en Vélez decía que era jugador nacido para Boca y lo demuestra en cada partido. Sangre, garra, generosidad (extraña en un 9 goleador), y encima convierte los goles que valen, los importantes. Lleva 3 en esta Libertadores: a Arsenal, cuando había que ganar o ganar, el empate en Brasil que significó el pase a esta instancia y anoche el que abrió el partido. Para esto se lo trajo, y está respondiendo.

   No nos confundamos. Solo se jugó el primer tiempo de un partido de 180´. Viajaremos a Chile en óptimas condiciones para pasar a la final. Pero no será un trámite. Ellos seguramente van a demostrar algo más que la pálida imagen que dejaron anoche. No nos podemos relajar. Jugando así, Boca, no le puede temer a nadie, pero, tranquilos, paso a paso.

   Ahora toca defender la punta del Clausura en 72 hs. La cabalgata continúa. Así de exigente es este semestre. Así soñábamos que fuera. Todos los sueños están por alcanzarlos. Se dio otro pasito. Lo mejor todavía está por venir.

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