19/4/12

Dos goles. Tres puntos. Nada más

   Era el último partido de la fase de grupos de la Copa Libertadores. Pareció el partido de 16 avos de final de la Copa Argentina. Por la formación de Boca, plagada de habituales reemplazos (salvo Román), por el nivel del rival (equiparable a un equipo de Argentino B o Primera C Metropolitana local), y por la desidia con que lo encaró Boca.

   El primer tiempo fue literalmente una continuación del partido jugado en Barinas, allá por febrero. Con el agravante que no estaba la excusa ni del calor ni la humedad. Y fue tal el poco entusiasmo que le puso Boca a ese primer tiempo que las dos ocasiones más claras (una de ellas abajo del arco), las tuvo un equipo que no convirtió un solo gol en los 6 partidos de la Copa (y que su último gol internacional data de agosto de 2009).

   El segundo tiempo no cambió demasiado la tónica. Solo se puede registrar un poco más de movilidad y de a ratos mayor velocidad, lo suficiente para sentenciar un 2-0 (Blandi después de una habilitación, mano de por medio, de Araujo, el reemplazo de Mouche, y Riquelme recogiendo un rebote en el punto penal), que se caía de maduro simplemente con la superioridad individual entre ambos equipos.

    Pasó así un 2-0 a favor, rápidamente olvidable, y ahora a pensar que empieza la copa en serio. Estuvimos a un minuto de ganar el grupo, pero Fluminense venció a Arsenal en tiempo de descuento y hay que conformarse con ser el mejor de la tabla de segundos y nos tocará enfrentar en octavos de final al “peor” de la tabla de primeros, Unión Española de Chile.

   No será un rival regalado, pero no es ni por asomo el peor cruce. Será viaje corto, sin altura ni temperatura excesiva y tendremos en frente a un equipo de buen trato de pelota, peligroso en ofensiva, pero con muchos problemas atrás. Luego en caso de pasar es muy probable que nos encontremos de nuevo con Fluminense. Pero eso es futuro lejano.

   Ahora toca empezar a pensar de nuevo en términos locales y preparar la difícil visita a Córdoba. Luego vendrá el compromiso con Olimpo por Copa Argentina, el miércoles próximo, recibir a Colón el domingo siguiente y en los primeros días de mayo (a confirmar) empezar los octavos de la Libertadores con los chilenos.

    Viene movido el panorama. Viene exigente. Viene lo lindo.

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