4/3/12

Impecable comienzo de un mes clave

   Comenzando un marzo que será clave para las aspiraciones futuras en Copa Libertadores y en el Clausura, Boca visitó una de las canchas en las que más le cuesta ganar, la de San Lorenzo, nuestra bestia negra, de donde no volvíamos con los 3 puntos desde la inolvidable goleada 7-1 del Apertura 2006. Y esta vez fue victoria, con autoridad, con la solidez del campeón por 2-0.

   Ya lo advertimos en el partido anterior, el equipo se está volviendo a parecer al campeón invicto del Apertura, y hoy a pesar de las modificaciones en el once “ideal” (no jugaron Clemente, Rivero, Erviti y Román), dio otra prueba de equipo granítico y efectivo.

   El partido no daba para grandes lucimientos. El local apretado por el promedio y necesitado de puntos mostró los dientes desde el comienzo evidenciando que la cosa iba a ser dura y peleada. Y fue así nomás.

   El partido fue en líneas generales parejo, sin dominios acentuados, pero siempre dio la sensación que Boca tenía muy claro los caminos que tenía que seguir. Y los caminó con paciencia, como sabiendo que tarde o temprano la fruta del gol iba a caer.

   No pudo ser a poco de comenzar en un espectacular cabezazo de Silva, que salva increíblemente el arquero local y que luego el palo impide por segunda vez que el Pelado la mande adentro en el rebote. No pudo ser sobre los 20´, cuando Insaurralde no puede empujarla solo frente al arco. Tampoco sobre el final cuando un tremendo tiro de Sánchez Miño (adelanto de lo que vendría) fue sacado al córner por el arquero local. No fueron muchas, pero fueron las mas claras. Del otro lado, solo un tiro libre de Salgueiro sobriamente despejado por Orión.

    Durante todo el primer tiempo y al comienzo del segundo tiempo, el juego fue muy friccionado, con muchas interrupciones en el medio campo y demasiadas imprecisiones de los dos lados.

    Solo un gol podía destrabarlo y ese gol llegó del lado más lógico que podía concretarlo. Pelota perdida en la salida de San Lorenzo, buena escalada de Sánchez Miño hacia el medio, Silva que se abra hacia la izquierda arrastrando una marca y el pibe que saca un tiro esquinado que se mete en el segundo palo del arquero. 1-0 y ya sabemos lo que cuesta darle vuelta un partido a Boca.

   Ahí se acordó San Lorenzo que tenía que buscar con más enjundia el gol y empezaron los cambios ofensivos. Entró Romagnoli, entró Méndez (el autor del gol cuervo en La Bombonera el torneo pasado). Pero en una sola ocasión pudieron haber alcanzado el empate, cuando Bueno, solo frente al arco, falló en el frentazo y tiró la pelota afuera.

   En todo momento se intuía que en el momento que Boca enhebrara una contra liquidaría el partido. Y así fue, sobre la media hora de juego. Condujo Chávez (no tuvo buen partido), desbordó Rivero (había entrado por un agotado Ledesma), arrastró defensores Silva y por detrás de todos entró solo Mouche (ingresa por Cvitanich, lesionado, en el primer tiempo), y arma un golazo, con arquero y tres defensores desparramados por el suelo. Si levantar un gol era difícil, un 2-0 directamente liquidaba el partido. Y así fue nomás.

   Solo quedó tiempo para la expulsión de Méndez (tremenda plancha deslizante sobre Sosa) y la reacción infantil de Insaurralde y Bueno, en una acción común y corriente para ver ambos la roja.

    En suma un buen triunfo que rubrica un excelente comienzo de campeonato. Diez puntos sobre doce posibles (dos más que en el Apertura a esta altura), 6 goles a favor (la misma cantidad que en el Apertura) y sin recibir goles en el arco propio, por primera vez en la historia de Boca en el profesionalismo en las primeras 4 fechas de un torneo.

   Se viene una seguidilla de partidos, y las señales del plantel son más que buenas. En la Copa Argentina avanzó de fase con un equipo plagado de juveniles, en el Clausura, en el primer partido con rotación ganó un clásico. Se viene Fluminense y hay obligación de ganar en casa el miércoles, se viene Independiente el domingo también en casa y si no es obligatorio es muy satisfactorio ganar ese partido. Vamos bien rumbeados, que siga así la cosa.

   

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