10/12/10

Imaginando lo que viene

    Pasó el penúltimo partido, el año se escurre lentamente con pena y sin gloria y por ende poco suma un empate 0-0 en cancha de Banfield, contra el Taladro. De poco sirve, más allá de la matemática, el punto y la valla invicta por segundo partido consecutivo. Sobre todo porque se viene un nuevo cambio de mando en Boca, se abrirá el libro de pase y seguramente se incorporarán los 4 refuerzos permitidos (dicen que uno por línea, para mi gusto no habría que gastar cupos en defensa y sí alguno más en el medio o arriba).

   Entonces de poco sirve teorizar ahora, sobre que nos llegan bastante, que nos cuesta elaborar juego, que generamos más peligro por remates desde afuera que llegando asociados, que abusamos mucho del pelotazo al área, que en el primer tiempo nos costó agarrar el medio y sufrimos atrás, que en el segundo el equipo estuvo mejor plantado y generó más peligro y sufrió menos. Mejor mirar como está plantado Banfield, teniendo en cuenta que todo parece indicar que Falcioni será el técnico de Boca en Enero, y que más allá de nombres propios, la idea de juego tenderá a parecerse.

   Banfield apuesta a un claro 4-4-2, basa su solidez en el armado defensivo y en la salida del medio una vez recuperada la pelota. Este Banfield, de campaña mediocre, extraña horrores la potencia ofensiva que tenía la dupla Papelito Fernández-Silva. Primera pista, uno por adentro y un delantero de área. Por afuera no tenemos, (Mouche ha desperdiciado todas las ocasiones sistemáticamente) por ahí vendrá el primer refuerzo.

   El medio es la clave del “sistema Falcioni”, dos volantes laterales con llegada, un doble cinco flexible, donde Ervitti lo integra por momentos y en otros momentos es enganche. ¿Podrá reeditar esto en Boca, con Román en cancha? esa es una duda que por ahora no tiene respuestas. El volante con salida y sobre todo por izquierda es otro de los lugares a reforzar.

   Atrás no hay mucho secreto, línea de cuatro, un central con más salida, el otro “más patrón”, y dos laterales con proyección, eso más o menos lo tenemos.

   En resumen, un planteo clásico, sin mucha innovación táctica, el inodoro está en el baño y la heladera en la cocina. Concentración, disciplina, confianza y sacrificio son las cuatro patas en que se asienta el rendimiento de los equipos de Falcioni. En algunos tuvo éxito, en otros no, suena como tentadora la fórmula, habrá que ver si puede lidiar con todos los problemas que acarrea el Mundo Boca, y que no están solo en la cancha.

 

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