11/10/10

Bocanada de oxígeno

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festeja pochi

   Boca le ganó a Tigre por 2-1, cortó con una serie de dos derrotas al hilo, venció a un rival que enhebraba 6 partidos sin derrotas, consiguió la segunda victoria como visitante y en una cancha donde no ganaba desde hacía más de 5 décadas (con la salvedad que en la mayor parte de ese tiempo Tigre militó en categorías de ascenso). Desde los números, impecable, ¿y desde el juego?.

   En la cancha vimos más o menos lo mismo que venimos viendo. Incluso si hilamos fino, me parece que se jugó algo mejor y se mereció ganar más el domingo pasado con Lanús, que ayer con Tigre. Pero la diosa fortuna que nos fue esquiva en La Bombonera ayer nos hizo un guiño y a poco del final el Pochi agarró un rebote afuera del área local, producto de un corner a favor (primer rebote que capturamos en todo el partido) y clavó un golazo de aquellos, a rastrón, bien pegado al palo.

   Hasta ese momento el partido se escurría en un gran bostezo, con un empate clavado. Boca quería y no podía, Tigre quizás hubiera podido, pero priorizaba el punto y apostaba a alguna contra afortunada o a algún error del visitante. Justamente del tipo que le permitió el empate parcial en el primer tiempo, cuando después de un buen comienzo, con dominio del campo y de las situaciones, el Xeneize se había puesto en ventaja con un muy lindo gol de Giménez, pero no supo administrar la pelota, Tigre se lo llevó por delante, empezaron a llover los centros, hasta que en uno de los tantos, la defensa en pleno miró y Straqualursi sentenció (hace tiempo que venimos haciendo figuras a “troncos varios” remember Balsas).

    En el segundo tiempo, como siempre Boca buscó, sin ideas y casi por inercia, la victoria. El local armó 2 líneas de 4, presionó en su campo y salió rápido, justamente lo que más nos duele. Con la pelota nos faltan ideas, sin la pelota cuesta recuperarla, mala mezcla. Encima Battaglia se fue con fuerte esguince de tobillo, esperemos no sea muy grave. Luchetti se lució un par de veces, y adelante no preocupábamos demasiado. Hasta que a cinco del final, Tigre pierde una pelota en la salida, centro del Pochi, cabezazo libre de Insaurralde, Ardente se manda la atajada de la noche, pero de ese corner llega el gol de Chávez. Plin, caja, tres puntos en casa y una semana tranquila por delante.

   ¿Volverá Román contra Huracán?, ¿será Román el revulsivo que cambie esta historia?. Además de sus innegables virtudes y que esas virtudes son justamente las carencias actuales, la vuelta de Román deberá implicar el mejoramiento del nivel futbolístico y de la confianza de varios, porque parece que los problemas de funcionamiento son cada vez más producto de bajos rendimientos individuales que del sistema de juego en sí.

   Parece mucho esperar de alguien que viene de una operación y no juega hace casi medio año. Pero es la última esperanza que nos queda para terminar dignamente un año nefasto.

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