19/8/10

La polémica por la polémica misma

-   Analizar y juzgar a un equipo y su forma de jugar transcurridos ¡2! partidos de un Torneo de 19 fechas parece como mínimo apresurado, cuando no rayano a la estupidez. Pero así son los tiempos que corren y han bastado un empate como visitante y una derrota como local para que una parte del periodismo deportivo le caiga a la yugular a Borghi y su sistema táctico de 3 defensores.

   Antes que nada aclaro me gusta más jugar con 4 defensores que con 3 y también considero que en un club un técnico por lo general debe adaptarse a los jugadores con los que cuenta más que encorsetar a estos en su esquema predilecto.

   Ahora, de pensar esto a suscribir el grito estentóreo de Fantino: “Borghi, ¡¡Boca es línea de cuatro!!” hay un abismo. Alejandro querido, ¿en que parte del Estatuto del Club dice que Boca debe jugar con 4 defensores?. Además, en dos partidos hemos recibido 3 goles, todos por errores individuales (uno de Giménez, uno de Clemente y uno de Pessota al no sancionar el off side de Yakob). ¿Cuantos mano a mano sufrió Luchetti?, ninguno. ¿Cuantas salidas afuera del área a jugar como último hombre en un contraataque adversario?, escasas, y las pocas en los últimos minutos del partido contra Rácing con todo el equipo jugado al ataque en busca del empate.

   Entonces si el problema no es defensivo, significa que tampoco lo es en la parte defensiva del mediocampo. Tanto es así que en el gol de Godoy Cruz, Giménez hace el movimiento perfecto de un carrilero en faz defensiva, llega cerrando por detrás del stopper izquierdo y gana la pelota en el área. El asunto es que le faltó criterio básico y en vez de rechazar al corner intentó dominar la pelota con el pecho.

   Por lo tanto el problema es del medio hacia arriba. Un esquema de doble 9 necesita si o si de los carrileros que lleguen al fondo y abastezcan a los referentes del área. La jugada perfecta que retrata este sistema fue el gol ante Rácing. Méndez toca con Escudero y pica al vacío, la pelota le llega, desborda y tira el centro, Palermo falla, la pelota sigue y del otro lado llega Clemente libre, nuevo centro al corazón del área y gol de Viatri. El asunto es que Méndez no es carrilero, le falta el timming esencial para descargar y picar, tiende a llevar la pelota demasiado y Escudero no es típico enganche, es más de gambetear y encarar él solo (se supone que la titularidad de Cañete en espera de Román, solucionará este tema). Además el doble 5 que ha funcionado bien hacia atrás, no lo ha hecho hacia adelante, Medel, el encargado de despegar hasta ahora no lo ha hecho con criterio (¿será ese el lugar de Méndez?).

   Pero si de criticar a Borghi y al esquema se trata, los que se ensañan con él, deberían ir más a fondo. La culpa no es del chancho. El Bichi no es precisamente un pragmático, dice y pregona constantemente cual su gusto futbolero, si “Boca es línea de 4”, ¿para qué lo fueron a buscar?. Al menos los dirigentes que lo trajeron mostraron coherencia al traer casi todos los refuerzos que pidió para poder desarrollar su sistema.

   Entonces, si se ha traído un técnico que acaba de salir campeón, si se le han arrimado los refuerzos pretendidos, todos excelentes jugadores para lo que es el medio local y solo van 2 partidos del torneo, lo lógico, lo sensato es al menos esperar a que transcurra la cuarta parte del mismo para comenzar a emitir una opinión sobre el funcionamiento del equipo o la consistencia del sistema táctico. Empezar ahora con dogmatismos o extremismos sobre la línea de cuatro tiene aroma a aprovechamiento político o a chusmerío barato tipo programa chimentero de la tarde.

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