22/11/09

Nunca es tarde para un festejo

medel el primero
pocho festeja

   Pasaron 460 días desde el último 4-0 que logramos en La Bombonera. Fue el 10 de Agosto del 2008, en la fecha 1 del Apertura ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

   Pasaron muchas cosas, un campeonato ganado en triangular de desempate, una sorpresiva eliminación en la Libertadores, un Clausura que fue un calvario, la salida traumática de Ischia, la llegada de Basile, la rápida eliminación en la Sudamericana, un Apertura muy irregular, el sueño de entrar en la Libertadores que se va arrimando a ser pesadilla.

   Y llegó otro Lobo a visitarnos. El de La Plata. El que lucha fecha a fecha para mantenerse en primera, y que venía de golear a Huracán 4-1.

   Y ante este rival, que no es precisamente el listón más alto que se deba saltar, pero tampoco estamos en condiciones de subestimar rivales, Boca tuvo una actuación contundente. No fuimos una máquina ni mucho menos. No somos el equipo del anterior ciclo del Coco, ni cerca. Pero en medio de un mal de ausencias alarmante (ahora está fracturado en un dedo el Pochi Chávez), al menos hemos visto destellos de mejorías individuales, que eran más que necesarias y son más que esperanzadoras.

   Medel volvió a marcar y está empezando a ser el volante con quite y llegada que esperábamos. El Pocho Insúa se reencontró con el gol y por doblete, rotó continuamente con Gaitán y pudo por fin hacer pesar su habilidad tanto en la gestación como en la definición. Nico Gaitán jugó un gran partido, fue una pesadilla constante para el fondo del Lobo y rubricó la faena con el cuarto gol. Mouche, si bien alternó malas y buenas, obligó siempre. Rosada en buen nivel. El arco volvió a quedar en cero. Eso habla bien de la solidez de la defensa (¿será esta la “de memoria”?), y habla también bien del Pato, que no fue demasiado exigido (mérito de la defensa), pero respondió con solvencia cuando se lo probó. Y párrafo aparte para Martín. Sigue sin convertir, el juego por abajo y en velocidad de Nico, el Pocho y Mouche no lo beneficia, los centro que le tiran no son precisos, está molesto y lo expresa públicamente, mostrando su hambre de gol, pero tiene una entrega enorme, lucha, presiona, pivotea con la pelota, defiende y metió una asistencia digna del mejor Román para que Gaitán marcara el cuarto, pase tres dedos de una exquisitez propia de un “fanstasista”.

   La matemática todavía mantiene vivo los sueños de Libertadores. La goleada los revitaliza. Seguramente ha llegado demasiado tarde para esto. Pero no es demasiado tarde como para preparar dos alegrías en las próximas dos fechas. Se vienen cuervos y diablos, gente con la que no nos tenemos ninguna simpatía. Esperemos que los festejos continúen…….

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