15/10/09

Allá vamos!!!, ¿cómo vamos?

   Ya está. Argentina está clasificada para el Mundial de Sudáfrica 2010. Sabemos como llegamos. A los tumbos, en el último partido, al que fuimos con chances ciertas de quedar afuera. Pero se ganó en Montevideo, inesperado, por los antecedentes, para muchos. Con mucho menos sufrimiento del esperado de antemano. En un partido mediocre en el que aprovechamos la única situación de gol que tuvimos.

   ¿Y ahora?. Si nos llevamos por las primeras imágenes que vimos después del triunfo es para estar más preocupados que antes. No por el festejo desbocado y a todo grito en el centro del campo de jugadores y cuerpo técnico. Al fin y al cabo un desahogo (como dijo Verón acá) comprensible después de una clasificación tan angustiosa. El problema es que la cabeza de la Selección, su técnico, media hora después, con el pulso normal, con la cabeza fría (se supone) haya dicho en conferencia de prensa, en un país extranjero y ante medios de todo el mundo, la sarta de groserías que dijo y repitió sin ruborizarse y como si estuviera en medio de un asado con amigos.

   No se hasta que punto puede sorprender esto. Si sorprende el tenor de las palabras y su “grosor”. No sorprende en cambio que Maradona recurra a la lógica del enemigo a quien enrostrar el triunfo. Así sea un triunfo mínimo como clasificar a la Argentina a un Mundial, que es lo menos que se puede esperar. Desde hace un año en que asumió la conducción tuvo conflictos continuos con algo o con alguien (lógica que lo ha acompañado toda su vida). Primero la lucha por tener a Ruggieri en el cuerpo técnico (parecía un capricho primero, pero a la vista de los horrores tácticos y estratégicos que signan el ciclo, se pareció mucho a un pedido de auxilio), después el enfrentamiento con Riquelme, más tarde el problema de la cancha, el traslado a Rosario planteado como cuestión de estado y la discusión pública con los dirigentes de river. Por último la pelea virtual e indirecta a través de voceros diligentes con Bilardo, que sirve ahora para poner al periodismo deportivo que dio cuenta de esto y de varias cosas más como “el enemigo a derrotar”.

   El tema es que hoy estamos hablando de esto en vez de celebrar la clasificación y empezar a otear el horizonte en busca de soluciones urgentes para un equipo que dista mucho de ser tal. Algo de eso se puede leer acá.

   Restan 238 días para que empiece el Mundial. Mucho menos para el sorteo y conocer los rivales a enfrentar. Parece mucho, pero son tantos los problemas de funcionamiento, de estrategia, de nombres, de convivencia, etc., etc. que el tiempo pasará volando. Es una gran incógnita como seguirá esto. “De una reunión con Grondona dependerá” dijo Maradona a propósito de una requisitoria sobre su continuidad como técnico. El 4 de noviembre vencen los contratos de los ayudantes de Diego (Lemme y Mancuso). De la renovación de sus contratos dependerá la continuidad del técnico.

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