6/9/09

El fracaso del Operativo Rosario

   La verdad es que como bosteros acérrimos la movida nos movió una sonrisa y la miramos con simpatía. Veníamos bastante cabreados con el Diego por el entredicho con Román y el hecho que se haya atrevido a cuestionar la sacrosanta heladera donde habitualmente juega la selección nos gustó y mucho.

   Encima la dirigencia propietaria de la heladera reaccionó indignada y eso nos gustó más. El Diego, obvio, redobló la apuesta y lo transformó en una cuestión de vida o muerte. Y más nos seguía gustando. Ave César Grondona ¡¡¡resignó dinero!!!, le dio la derecha al técnico y el traslado comenzó a materializarse. La sonrisa era casi carcajada.

   La gente de Rosario cumplió con creces lo que se esperaba de ella. Llenó el estadio, presionó y alentó a rabiar. Lástima, para este caso, que los partidos de fútbol siguen siendo de once contra once y en el verde césped la superioridad fue de los que perdían por goleada en la tribuna.

   ¿Y ahora?, ¿donde se jugará el último partido, como local frente a Perú?. En poco tiempo sabremos si seguimos con la sonrisa cómplice o todo volverá a ser como antes. Mientras ganemos, hasta nos volveremos a bancar “frío espantoso”

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario