4/5/09

Un verdadero calvario

   Otra vez perdimos en la Bombonera. Seis derrotas en 12 partidos, es una cifra a la que Boca no está acostumbrado, por suerte, desde hace muchos años. Ahora fue el turno de Banfield, que en un partido raro y cambiante, nos ha vencido 3-2, con el gol que define el partido a los 47 minutos del segundo tiempo.

    El partido tuvo ritmo, llegadas, emociones e incertidumbres al por mayor. Ganaba el Taladro 1-0 y era justificado. Levantó mucho el nivel de Boca  y alcanzó el 1-1. En el mejor momento de Boca en el partido llegó el 2-1 de Banfield. En el peor momento de Boca, llegó el 2-2. Y cuando el partido se moría el definitivo 3-2.

   Lo realmente importante y preocupante es que con titulares, mix de titulares y suplentes o con mayoría de suplentes este año, a los rivales, se les está haciendo demasiado sencillo jugarle a Boca. La fórmula es tan simple que asusta. Cerrarse escalonados en su propio campo. Esperar el error Xeneize en el medio y salir rápido de contra con los medios externos y los delanteros de punta. Si el medio campo de Boca supera esta primera línea de presión, agruparse en el fondo para cerrar caminos, ahogar el ataque por falta de espacio y salir rápido de contra, ya sea con pelotazos o pelota al pie en toques largos de primera. Lo han hecho casi todos los rivales en este Torneo y a casi todos le ha salido bien. Lo llamativo es la falta de respuesta de Boca a estos planteos. El ir tozudamente al frente y entregarse mansamente a esta táctica, que por repetida debía ser conocida de antemano. Entonces se dan partidos como el de esta noche, en los que al final siempre comentamos lo mismo, amplio dominio por tenencia del balón de parte de Boca, pero escasas llegadas en relación a la referida tenencia de la pelota, y por el contrario, las llegadas más peligrosas siempre son las del rival.

   Un punto a favor en esta tarde-noche, fue el cambio de actitud. No fue el equipo manso y entregado de la semana pasada en Rosario. Se rebelo contra el desarrollo del partido, se levantó dos veces de desventajas parciales, incluso dispuso de situaciones para ganarlo.

   Pero otra vez  se perdió. Otra vez la defensa queda expuesta a perdidas de pelota en salida por parte de los medios (el segundo de Banfield es ejemplo de ello). Otra vez se va al ataque muy francamente descuidando lo que puede suceder en las contras, que siempre encuentran al equipo mal parado. Claro ejemplo el primer gol de Banfield en que dos jugadores se filtran entre seis dispuestos para la defensa y el goleador enfrenta al arquero mano a mano. Otra vez la llamativa inseguridad en el arco del Pato, en este caso en la última jugada de un partido en el que había tenido un buen desempeño y ninguna en los dos primeros goles, sale pésimamente en un centro común sobre el área chica, y queda a mitad de camino siendo anticipado por el hombre del equipo visitante que va al cabezazo.

   Un párrafo aparte y una reflexión merece el técnico. Si decimos que Boca peca de inocencia, que va al frente a como de lugar y en su afán de protagonismo se regala en casi todos los partidos, ante rivales que de antemano se preparan sabiendo que es lo que va a proponer Boca, parece que el técnico en este aspecto tiene bastante culpa al no buscar o intentar variantes que hagan de Boca un equipo más imprevisible para el rival. Además si algo le hemos elogiado repetidamente en este blog, sobre todo en el torneo pasado, era la visión de los partidos y los acertados cambios que realizaba para plasmar esa voluntad de buscar los tres puntos en cualquier cancha y ante cualquier circunstancia adversa. En este campeonato eso parece haberse perdido. Hoy por ejemplo, no se entienden los cambios del segundo tiempo. Sale Gracián, no seremos nosotros quienes haremos una defensa encendida del ex armador de Velez, debuta un chico desconocido que pasa bastante desapercibido, pasando Pochi Chávez a jugar de enganche, y saca a Gaitán, seguramente cansado, para meter a Viatri. En la teoría, y seguramente en la mente de Ischia tres delanteros para acorralar al rival contra su arco y definirlo de arriba. En la práctica el equipo prácticamente no volvió a llevar peligro. Quedó partido al medio y ya no hubo quien llevara la pelota más allá de los tres cuartos visitantes para abastecer a los tres delanteros.

   En resumen, otra pálida actuación de Boca en líneas generales. Con más actitud y entrega pero sin una línea futbolística y haciendo exactamente lo que el rival espera que haga y pudiendo ellos obrar en consecuencia. Falta de respuestas desde el banco, ya sea en replanteo del esquema de juego o de cambios que posibiliten dicho replanteo y una nueva derrota que comienza a hundirnos preocupantemente en el fondo de la tabla.

   El jueves viajamos a Montevideo para seguir adelante con el sueño de la séptima Libertadores, pero el domingo visitamos a San Lorenzo. Esperamos altas prestaciones de quienes sean los encargados de representarnos en ambos frentes. Boca, su gente y su historia merecen que esto sea así.

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